lunes, 2 de mayo de 2005

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En el juego de la altura:
tú contra mí

Déjame irte reconociendo en el movimiento
en las fisuras de la noche

imaginemos una ráfaga líquida
el aroma de un beso que todo lo destruye

tu sabor es el aire de los muertos
los ojos de una paloma ciega

y tengo que comerte para decírtelo
tengo que vulnerar el agua que me acercas

perdóname
señora
por no compartir tu cuerpo
por dejar en el aire los frutos de tu transparencia
por no decir “perdóname”

te ofrezco mis secretos y mis uñas

mis labios encendidos en la humedad de la simulación.

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