domingo, 30 de mayo de 2004

Real


Cada día me sorprende más el contraste posible de la realidad. En un instante sufres la caída de los sentidos y al instante siguiente tienes una invitación para ejercer la locura enloquecida del amor.

Después de leer las ficciones Vidas imaginarias y Mimos de Marcel Schowb, uno no sabe qué papel está representando. Todos somos personajes para constituir la eterna apariencia. Ser otro para ser uno, mientras uno es el otro que se construye. ¿Quién se esconde detrás de quién? ¿Quién representa nuestro papel cuando estamos ausentes? Preguntas para combatir las expresiones soberbias del Yo.
Vidas imaginarias es un libro de relatos sobre lo que pudo haber sido, el hubiera se erige con toda su voluntad de creación. Diversos personajes de la historia mundial habitan en él.
Lucrecio y sus relaciones metafísicas con su esclava dan idea de los límites del placer y la muerte. ¿Qué es lo que nos hace diferentes a los objetos, no tienen éstos una capacidad potencial de transformar el mundo? El amor, el erotismo, el odio: probables respuestas. En De Rerum Natura se encuentra su teoría sobre la evolución de la vida y las civilizaciones.

Parece que se olvidó la importancia que el poeta ha tenido en la edificación de la historia. Cierta película no sería posible sin la memoria y el ritmo melódico de Homero. Hasta los dioses deben su reconocimiento a un mortal.

Hay preguntas que me lamen las orejas y no me permiten apreciar la condena de estar atado a las piedras de la libertad.

¿En qué caja ocultamos las mordidas siniestras de la incertidumbre?

Desde que la sangre apareció en el cielo, temo que mi conciencia cometa todos sus deseos.

lunes, 24 de mayo de 2004

m*m


Una reconciliación con la aventura y el asombro. Fue de noche. Nadie pudo haber tejido esta ruta sino la propia secuencia de actos y omisiones que produjo todo.
Luces en movimiento, contactos secretos, vértices que sólo adivina la mirada.

Había una serie de movimientos inconexos, peripecias del color. A la menor provocación de la libertad, las luces arrasaban con la paciencia y el decoro de los visitantes. El éxtasis y sus efectos caminaban por la pista musical.

Recuerdo que para iniciar un vínculo fue necesario apartar de ti la baba de los aduladores, el líquido amarillo que dejan los inútiles o los idiotas.
Quise tender mis frases a tu apariencia. Las motivaciones del amor y la lujuria van desde la voz hasta las flores ocultas de la mirada.

No te preocupaste por mis inquietudes, no advertiste la relación entre el silencio y la polaridad de mis palabras. Ninguna culpa se presentó esa noche.
Sólo un acto para volar: mi atención en los pliegues de la primavera cuando tú visitabas los panales de mi fantasía.

domingo, 16 de mayo de 2004

Inusitadas complicaciones

Ya no recorría los ojos de la sombra, porque verte era estar mirando las retinas fracturadas de la aurora.

Había tocado las grietas del futuro, esos errores del azar donde uno no tiene control sobre las piezas.

¿Puede mejorar un día después de visitar al dentista y tener examen de derecho procesal agrario?
Sí, incluso con un dolor de insectos en la cabeza y el estomago vacío.

Ese azar que la casualidad sugiere. Leer a Laura Vit que recuerda a Marguerite Yourcenar en la petite plaisanse, amarrando su nombre a Guiordano Bruno, Guiordano Bruno, Guiordano Bruno, Guiordano Bruno...

Pero yo no repetía tu nombre, ...., ...., ...., .... repetía tu imagen, los movimientos de tu sonrisa. El encuadre de la fotografía revelaba mi asombro, un encuadre instantáneo, irracional, y tú, en la más completa expresión de la intemperie.

Varias veces me propuse evocarte con la potencia de la mente. Intento inútil, pueril.
Quizá seria más fácil hablar de mí como si me conociera.
He tenido tantos encuentros contigo a los que no has llegado. Tantas ocasiones acudí a la cita que nunca supiste.

El difícil sentimiento de la culpa reprimida. Una apariencia atroz de lo que no acontece en las ventanas del deseo. Y esta manera de escribir, de sentir, de vulnerar el miedo. Lo que reproduce las miradas no es la sustancia del asombro, es el infatigable líquido de la atracción.

Tú ahí, tú que nunca cruzas por los paisajes amarillos del desorden.
Y yo que no me acostumbro a escribir así, te busco cotidianamente, arrojo cintas en la banqueta más cercana para seguir buscando el beso inédito de tu ternura.

Te llamo desde aquí, con un sol en la bolsa y la fotografía de la intemperie entre mis ojos.



miércoles, 12 de mayo de 2004

Viaje

Al final valió la pena visitar la niebla y sus habitaciones cúbicas.
Quien abandona la ciudad buscando paisajes rústicos, sólo encuentra variaciones de torres y edificios. La arquitectura urbana invade la pupila y relaciona todas las formas a su alrededor con ella.
Hay que dejar que el paisaje nos encuentre, seguir al azar en su ruta incometible.

El anuncio de un viaje inesperado produce excitación y agudeza en los sentidos.
De repente los errores provocan encuentros de sospechosa cuantía, trazan caminos a la aventura y escaleras directas a la intemperie.

Qué sucede cuando uno llega a un lugar que fue suyo, al mismo punto donde tiempo atrás el futuro no tenía la más mínima similitud con el presente.
Sólo queda recordar. Recordar mariposas en el agua, calles donde el amor y la desesperación fueron tomando forma y sonido.

En la Sierra norte de Puebla el clima vulnera la lógica y los presagios. De una mañana soledad a una tarde húmeda y brumosa y viceversa.
En el color del cielo puede adivinarse toda la intención de lluvia, la dirección precisa de los huracanes.

Porque el pasado habita en el presente sostenido por innumerables lazos. Sensible en varios puntos, la hora transcurre con las manos atadas a los ojos.

A pesar del clima y sus accidentes, de la noche y sus reclamos, de la culpa y sus botas asesinas, este fue un viaje para ver salir del agua blanquecina una naranja de bolsillo.

sábado, 8 de mayo de 2004

Colorido paisaje.

Un suicido voluntario, una muerte que nos tira de la sima del placer. El paisaje va adquiriendo colores de estructuras sospechosas. El ojo no puede fijar los movimientos. De lenta obturación, la película no logra transmitir las formas del ambiente. La acción transcurre en un cuarto sombrío con varios cuerpos en contacto directo. Existen ocultas relaciones entre cada uno, vínculos que los demás sospechan y que también sirven de punto de encuentro.

Naranja tiene la osadía en la superficie del atrevimiento. Grita, ríe, se burla de toda evidencia de solemnidad a su alrededor. Baila con la boca llena de ratones. Desde su garganta plastificada los nombres se le emancipan a ritmo de swing.

Rojo es arbitrario, astuto, seductor, juega y apuesta todas sus cartas. Ofrece todo su repertorio de secretos e intrigas a quienes lo requieran. Sabe incluir la polémica en cualquier conversación y tiene siempre una ruta de escape irónico y satírico.

Verde es de costumbres analíticas. Los dedos en la barbilla demuestran un estado de profunda reflexión. Su mirada busca lo inencontrable y lo pierde.

Amarillo no resulta grato a nadie. Su intermitencia infantil repele cualquier guiño de atracción. Sus blancos dientes tienen el sospechoso brillo de la hipocresía.


Negro no logra reducir los instantes de fragilidad en los momentos finales. Previo a la consumación, analiza todos los matices presentes, clasifica posibilidades de destrucción afines, corta y enciende una verdad de cola larga para después dejar que cause estragos entre el mutismo reservado de sus admiradores.

Púrpura, de tentaciones azules y oscuras depresiones, tiene siempre residuos de humedad entre los pensamientos. Puede provocar los escándalos menos probables con tan sólo un desquicio de mentira. La más mínima apariencia destruye los muros pretéritos de su conciencia.

Azul y su intención filosa por explicar todas las confusiones termina perjudicándolo. Confía en los favores inexistentes de la memoria. Marca todos los indicios que pueden llevarlo a la iluminación.

Gris promueve sus intentos por abandonar los territorios de la inhibición y las zonas del escarnio. La risa toma pausas cuadrangulares durante la deformación de una actitud ejemplar.


Naranja interfiere en los intereses burocráticos de Gris, que no comprende como ha podido rebasar los índices de información secreta entre la población. Rojo y Negro comentan subversivamente la actitud de Púrpura que no ha dejado de manchar toda la noche. Azul quema todas sus pistas en un acto de renuncia. Verde apunta notas que servirán para en un futuro establecer patrones entre la actitud de los colores y la temperatura de su participación en una broma. Amarillo se saca los ojos para limpiar sus lágrimas ante la risa de todos. La mezcla termina, todos yacen descoloridos a falta de luz. Negro ha desaparecido, Verde y Púrpura organizan una expedición para buscarlo.

El punto de vista modifica sus estructuras oculares a medida que la noche intensifica sus influencias. Las apariencias son directamente determinadas por la luz y sus variaciones. A pesar de la advertencia, se mantuvo en secreto la función y diversión de cada uno de los integrantes. Si Rosa, que estaba de vacaciones, hubiera intervenido en este paisaje, la ceniza tendría otro sonido.
Hay colores que no deben mezclarse en una gota de alcohol.

viernes, 7 de mayo de 2004

Y fue el amor y el orgullo lo que me separó de ti, no la mentira ni el destino.
Lo que alejó mi piel de tu tacto fueron mis caricias.

jueves, 6 de mayo de 2004

DÓNDE ENCUENTRO EL AMOR
que no acaba de tragarme
dónde la sed
dónde los labios
en qué cerradura está la perla
de unos ojos sin violencia

he caminado por las orillas de la vigilia
en los pulmones de la madrugada
he dejado mi lengua diciendo diciendo
taladrando no sé qué recientes visitas

después de caer
en la plaza de unos ojos cerrados
uno nunca vuelve a ver la luz con el mismo signo
no aceptamos la misma mentira en dos palabras

se cierra el cráneo y su fina dentadura
se apaga el tiempo
lamentamos la trampa de las flores
donde la piel se inclina en múltiple posición

la caja del solitario huele a rojo
ábranla
allí reside mi angustia
con los pies mojados
y una carta de aire entre los dientes.