miércoles, 24 de febrero de 2010




Las ventanas sosegadas
bajo las manos intranquilas
una llama que aparece,
enlutada, tras el quicio
de la timidez

Y la lumbre prosigue
en la rosa triangular
la roca se expande
en los bajos silencios

conversaciones en la sombra
garabatos en el café
burbujas en los sonidos

la metralla en la risa
auspiciando los colores del invierno.