Las ventanas sosegadas
bajo las manos intranquilas
una llama que aparece,
enlutada, tras el quicio
de la timidez
Y la lumbre prosigue
en la rosa triangular
la roca se expande
en los bajos silencios
conversaciones en la sombra
garabatos en el café
burbujas en los sonidos
la metralla en la risa
auspiciando los colores del invierno.
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