sábado, 19 de diciembre de 2009

Aunque estés lejos,

Aunque estés lejos, aunque pienses
que estás viviendo a solas,
siempre que formas o que rompes algo
cuando algo modificas en las cosas
que te cercan a diario, y al hacerlo
sientes que estás abandonada,
que no hay nadie en tu mundo transformado,
no padeces tú sola. Estoy contigo.

Trabajo tuyo y mío
es abrir las ventanas, las opacas
paredes, asomarnos a las cosas,
y no quedar en paz, no ser felices
mientras haya tristeza, mientras haya
algo que no esté hecho, mientras llore
sentado en una calle, entre las gentes,
un perro abandonado.

De tanto darse en vano, está dolido
tu corazón que sigue dándose.
Todo lo que tú eres, lo que amas,
crece en tu corazón , y lo desborda, y se despeña
de tus manos abiertas.

Pero no das en vano ya; recibo
lo que dejas caer. Tu desventura
ya no es completa desde que te amo.

Reina desamparada,
señora de las dádivas perdidas:
porque te necesito te hago falta.
Tu soledad no es sólo tuya, es nuestra,
porque te das existo,
y solidariamente respondemos
de la suerte del mundo.


Rubén Bonifaz Nuño, El manto y la corona