jueves, 21 de abril de 2005



los restos del café
*

Es seguro
no vamos a desperdiciar la madrugada y el café
no tocaremos la finitud mientras existan las señales

de los dientes del delfín que no maté
crecieron sirenas
pájaros capaces de violentar cualquier refugio de felinos

finalmente todo era un presagio
todo se desarrollaba en el más flexible sentido del placer
todo requería del silencio para quebrarse

¿cómo coordinar un taller de fantasmas?
así como se extraña el invierno
así como la arena teje en su interior un ramaje de abejas asesinas
como se evitan las secreciones sentimentales en un cine de guerreros

el sitio que elegí para explicar
las lunas oculares de Urano
se contrajo
se terminó el racimo de danzones
que había guardado para llamarte.



martes, 12 de abril de 2005


Busco las transiciones del mar y el azul
latidos que no conocen
motivo ni consecuencia

Traje para mí los errores
la caída, los desafíos
sólo en la altitud encontraré la fama.

Aquí permaneces tú,
piel adentro

la sal crece en su infinita espera.

martes, 5 de abril de 2005


Agonía

Morir como las alondras sedientas
en el espejismo

O como la codorniz que atravesado el mar
cayó en las primeras zarzas
porque no tuvo ánimos
de seguir volando

Pero no vivir del lamento
como un jilguero cegado


Giuseppe Ungaretti
.

lunes, 4 de abril de 2005


Murmullo desde el puerto

Mi mano
mis ojos
mis sueños te tocaron
"pero la mano se disuelve en el muslo

como el sueño en mis párpados"

sólo tu mirada permanecía
sólo tus labios
yo solo
en ti contenido
concentrado
volcado
desvanecido

quizá era el mar
que activaba sobre mí
sus armas blancas
quiza el café
y sus integorraciones vespertinas

encontramos en el aire los excesos
la tumba de la distancia

guardé para mí
tu cuerpo y sus canciones asesinas

traigo en la piel
las cicatrices de tu aroma
los huesos humenantes de tu felicidad.

domingo, 3 de abril de 2005



QUIERO que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si mirola luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si tocojunto al fuego la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de prontome olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día, cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.


Pablo Neruda