lunes, 16 de febrero de 2004

Extremas sensaciones

Uno siempre pensará mejor bajo el agua tibia de una alberca solitaria.

Algunos poetas opinan que el amor y las estrellas son temas decimonónicos, antiguos y por demás gastados,
la poesía está en el mall -dicen-, en los anuncios, en la publicidad, en los objetos.. pero como no sentir poéticamente el cielo bajo una noche estrellada (en toda la lejanía que representa para la ciudad esa expresión).
Bajo el agua y las estrellas nos ataca un ejercito de inmesa magnitud, el placer de la existencia efímera alcanza tales zonas que resulta imposible reproducirlo. Es en esos casos cuando la ciudad se recuerda con rostro desagradable, entendiendo al fin las palabras de Wherter. Romántico, en esa situación, se es romántico, inevitablemente.

Pero no toda la naturaleza reproduce los sentimientos más tiernos y bondadosos.
Un poema, angustia filosófica, el frio más perverso de mis últimos días, fue el saldo negativo de aquella excursión.
Se tienen que sufrir ciertas cosas para disfrutar otras. Hay quien prefiere el plástico sobre la luna.

Disfruto la melancolía, el furioso tacto de la tristeza en la mirada.

Tengo entre los dedos al viento y las estrellas...
La imagen más benéfica que me hayan entregado últimamente.
Regresa la calma. Un estado de equilibro que bien valdría imitar a la naturaleza para lograr la perfección del ser.

Con su debida precaución, envío este mensaje a las estrellas y su fama.

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