lunes, 17 de noviembre de 2003

LAS MANOS se amarraban
no quise tener nubes en el rostro
pero era necesario saber de ti
reconocerte en la digitales páginas del cielo

tejer
un momento de recuerdos
sobre
otro de apariencia

te buscaba sin tocarme
y eras una piedra cautiva
en el agua de la distancia

caminé por noche y niebla
tendí mis ojos a los dados
que tu presencia podía arrojarme

acúsame si te recibo con los ojos abiertos

sólo tu tacto queda
en la sala de espera de mi carne.


:4noviembreIImil3:

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