jueves, 22 de abril de 2004

Ausencias y vacaciones

Una vez más, el regreso.
Abandonar la patria efímera del placer para volver a la rutina. Las despedidas casi siempre resulta incomodas, prometedoras. Para quienes todavía estamos atados a los peridos del ciclo escolar, las vacaciones constituyen un alivio y una venganza del placer. Al final, no deseamos otra cosa que descansar del descanso.

Casi exhausto, regresé a los territorios de la ciudad buscando tiempo, ese tiempo que había planeado para realizar todas mis tareas personales: leer, escribir y pensar. No es que nunca lo haya hecho, sino que en Chicontla lo hago de una manera tan natural y sencilla, casi asombrosa. Será la temperatura, la tupida vegetación, los mecanismos del café, la influencia de los zopilotes en el aire, no sé, pero lo cierto que esta vez mi capacidad se redujo en buena medida.
Hay viajes que resultan estupendos, pero en la mayoría nos invade la reflexión sobre el espacio y la conciencia. ¿Es mi cuerpo el que viaja, es mi mente? ¿No será sólo un sueño, una vida dentro del sueño? y la vida transcurre entre pasadizos de vigilia y sueño...


¿Por qué no ausentarnos de nosotros mismos?


Mi ausencia en la red, deliberadamente injustificada, ha llegado a su fin. El reclamo de un lector de calidad poética estimable fue tajante.
¿Quién desde su monitor, al escribir y postear un blog, creería que alguien puede leerlo?
Hay vínculos insospechables…

Saludo a todos los aparentes lectores de esta página aparente, brindémonos un rato de violenta calma y tranquilas reflexiones...


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