jueves, 21 de julio de 2005

Extraña y profética intuición

Estoy a punto de terminar la escuela, comenzará mi vida adulta, responsabilidades, trabajo, presión. Yo no quiero nada de eso, quizá sea temor, cobardía, miedo; pero qué difícil es renunciar a la libertad, esa mujer permanente de cabellos de aire y labios de gravedad. No quiero saber de lugares cerrados, de cheques quincenales ni canas prematuras, tengo miedo de ahogar mis secretos en el tiempo.
Escrito en junio del 2004

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