miércoles, 22 de junio de 2005

Siento que es injusto; que por nada
merecemos esto que nos sucede.

Si tan sólo un cambio en el año, sólo
unos cuanto grados de fiebre, un paso
del amor, un trago solo de vino,
una pesadilla, nos acosan,
nos conducen. Sordos estamos, ciegos.

Así nos sabemos: manejados
quién sabe por quién y desde dónde.

Si hasta en lo más simple, en el instante
de asir una rosa y cortarla, hay algo
que interviene, hay algo que ocupa
nuestro sitio, y hace lo que nosotros
jamás nos hubiéramos propuesto.

Dime, si lo sabes: ¿era tuyo
el dolor que usaba tu cara triste
en aquel retrato? Diez y siete
años me dijiste que tenías.

Rubén Bonifaz Nuño

No hay comentarios.: