
Para mi joven concubina:
Esta materia del insomnio, esta claridad de primavera.
Nunca me desangraré por tus caricias
no dejaré vástagos en mis páginas
errores de sintaxis
renglones de los que pueda arrepentirme
No me dejes
No me dejes beber
no me dejes beber tu tentación
toma mis huesos
el tuétano resignado
dibújame una vocal
con el filo necesario para tenerte
Ay, soledad, siempre he pertenecido a ti
(Discúlpame, paredón,
por acudir a ti mientras se duerme el mundo)
Dónde conseguir el tóxico dilema de tu sangre
No te comparto
toda mi voz te pertenece.