jueves, 17 de febrero de 2005

¿Dónde te encontraré?

¿En qué inesperada esquina tramitaremos un adios?

Temo extraviarme en tus histerias, abandonar la dulce locura de tus palabras.

No te me pierdas, no te dejes llevar por los mamíferos invernales, no dejes que la tarde te infecte con los tildes cardiacos de la perdición

No te ocultes, no me niegues la peligrosa sal de tus excesos.

Desde aquí hago versos para que tus planetas
permanezcan en la órbita de mis manos.

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