miércoles, 13 de octubre de 2004

Son los sonidos, el aviso insistente, la suavidad del encuentro,
las palabras precisas en el tablero de la oscuridad.

Fue el mensaje desencadenador, el sueño interrumpido,
la potencia de la luz.

Es la noche, la terrible madrugada,
la noche en ti que se propaga, inevitablemente.


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