viernes, 27 de agosto de 2004


Literatura Fantástica

Escribo este texto a propósito de “Los caballos de Abdera”, del argentino Leopoldo Lugones (1874-1938, poeta y narrador argentino). Con este libro aumentó mi sorpresa y respeto por la literatura fantástica, derroche de erudición y genio, es imposible no sentir el asombro y una terrible confusión en los sentidos.

Mi opinión sobre la literatura fantástica y de ciencia ficción era pobre, deficiente y prejuiciosa. Involuntariamente, Porcayo contribuyó cambiar mi opinión. La antología Visiones Peligrosas de Harlan Ellison en su tomo I me dio algunos de los mejores cuentos que he leído.

La lectura de Cuentos de Mogador de Alberto Ruy Sánchez, llevó mis fantasías hasta límites sensoriales extremos. Cómo no enamorarse de las sensaciones percibidas por Fatma, imán de placer y sensualidad.

La literatura de ficción (¿hay acaso alguna que no lo sea?) ofrece un espacio de extensas posibilidades. No hay fronteras visibles entre la realidad y la ficción, un delgada línea divide los intermitentes encuentros y penetraciones con ella. Basta cerrar los ojos y tocar las puertas de lo ignorado.


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