jueves, 2 de diciembre de 2004

Publicar un libro no es cosa sencilla, menos aun si es de poesía y uno es el encargado de imprimirlo y editarlo. Compaginar, engrapar, doblar y empacar mil ejemplares en una semana es extenuante.

Mañana será la proesentación de "¿estrés o es traza?", cuaderno producido casi enteramente durante mi cárcel en la facultad de Derecho. De algo debía servir mi paso por la madriguera de las ratas.

Sólo falta comprar el vino de honor, esta ocasión mezcal de honor, para que sea un presentación digna de mencionarse.

Por el momento no estoy escribiendo. Algún virus literario habita mi software poético. "Qué circular motivo me obliga a sentirme galleta a la intemperie"




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