jueves, 17 de junio de 2004




Es una noche de tibias apariencias, las manos en los bolsillos, el humo nos circunda con espantapájaros, los labios de casualidad tocan tu rostro.
Yo me niego a seguir los caminos del azar, pero me domina esta lluvia que cae sobre mi boca como leche de felina.

Es el agua la que diluye las secreciones de la ciudad.

Un puerto de luces en contorsión, la mirada se derrite entre los espacios del asombro y las sonrisas del acecho.
Percibo una ligera entonación de arrullo, las pisadas de un velero por el estruendo.

Me acerco, gruñe la humedad. Trémula tu boca, suaves mis palabras.

La lluvia se detiene...

¿Cómo hacemos para no disipar la felicidad con una palabra?

 Posted by Hello

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