lunes, 12 de enero de 2004

A MÍ ME CONSTA que pisamos “los huesos delirantes”
la pertenencias de una ciudad sin moradores

no me sigue la repercusión de loro
no fue el brillo lo que me condujo a la caída

rumbos de piedra
calles donde el sol habita con fechas tartamudas

de las fosas que habito
cuál tiene la oscuridad más cómoda

despojo violencia estética
muros de lamentaciones cotidianas

qué caudal necesitamos para lavar la tristeza

¿tantas tetas pertenecen a la misma perra?
¿tantas torres necesita el cielo para masturbarse?

que nadie teja explicaciones a la noche

no fue un trazo alado el que dirigió mis pasos
fue la piel en su araña trepidante
lo que llenó de signos
el vientre de la duda.


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