CEÑIR LA NADA
insultar el tiempo
detener el paso del otoño por las hojas
sentir el rumor inminente
de los que participan en el secuestro de las voces
no pude extender mis dislocaciones
más allá de un lado o de otro
despeñar sonidos desde la cumbre solar
hasta las puertas del abandono
ese camino era ya una condena
en los tiempos de la dicha
aun cuando las rosas enterraban
sus aromas en el aire
avanzar a v a n z a r
trasegar mis pier nas
mis pazoz invertir
tender el vilo de la rebelión
la arena crispada de la furia
sólo tengo una moneda entre los ojos
quiero tocar el cielo
con la decisión espléndida
del que lame sus heridas.
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