Sí, lo sé. Los trenes corren locales a la
madrugada y los nocturnos aprovechan los naufragios para despeñarse en su
espera de minutos, de bancas siempre sucias y demasiado estrechas para
compartir su soledad.
Porque todas las
personas extrañan a alguien, me propuse no buscarte, pero apareciste, "chica con ojos de ayer", con tu
voz y sus canciones lejanas, con tu mirada de ternura inconsolable, con tu
sabiduría de todo lo prematuramente perdido.
Tú conoces bien
estos vagones oscuros donde ahora vivo, esta imperceptible lejanía que nos
secuestra a los que nacimos donde los ríos y sus reflejos sólo conocen
resplandores profundos .
Tú conoces estas
temperaturas extremas que nos llevan del rencor a la sonrisa en un abrir y
cerrar de puertas.
Sabías que te
esperaba, los murciélagos sabían que me buscabas y nos orillaron hacia esa
colina donde nos esperaba un violento encuentro con la lluvia.
Ven,
llévame al fondo de tus categorías, enciérrame en tus ganas, ahógame en tus
lienzos, derríteme en tus hielos antes que la noche se derrita y nos deje
vagando cada quien en su cuarto lejano, cada quien en su estrella de plata.
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