jueves, 23 de diciembre de 2004



la noche y sus interrogativas posiciones...


Me siento literariamente desnutrido
imaginativamente perplejo
saturado de lugares
comunes palabras transitan mi garganta
los pasillos de mi sangre

y me repito para no llorar
me alimento de mis cadáveres
de mis huesos insepultos

nada para confirmar
sólo dudar sería certero
en esta hora
de luminosas equivocaciones.



martes, 21 de diciembre de 2004



los incidentes del ocaso...

domingo, 19 de diciembre de 2004




La Poesía

Te me estás hundiendo
astilla
liana leve
casa vez más secretamente

cada noche me estás clavando
un poema
una caricia distinta

no sé si es dolor
una estética filosa lo que siento
los detalles de una tormenta

cada quien está buscando su palabra
todos masticamos el mismo verso

pasa el tiempo
y mi corazón es una disculpa

desde tu ojos sé
que la noche y el sonido
son lugares habitables.



la soledad y sus colores perentorios...

miércoles, 15 de diciembre de 2004

Leído durante la lectura de Diverso en Profética la noche del 14 de diciembre de dos mil 4:


No hay mayor error que esperar mujer en tiempos de miseria.

miércoles, 8 de diciembre de 2004

"Despierto insomne luego de tres horas de sueño turbulento. Sigo pensando en la manera de evitar la venta de mis libros. Ahora veo que aquello sería un crimen imperdonable, una forma de suicidio espiritual. Voy a malbaratar años de lecturas, de reflexiones, de hallazgos, de notas marginales que sólo para mí tienen sentido. Mis libros son mi pan, mi sombra, mi memoria, todo esto y más aún... ¿Dónde me voy a buscar y reconocer? Siento un dolor desgarrador y estoy a punto de echarme a llorar. ¡Cuántas veces me he privado de una comida para comprar un libro! Si ahora vendo mis libros no es para comer sino para pagar a los malditos, a los inhumanos hoteleros de París, porque si no les pago serían capacer de hacerme un daño horrible, de matarme tal vez; en una palabra, de impedir que alguna vez vuelva a compar libros."

Julio Ramón Ribeyro (1929-1994)
11 noviembre 1956, París
"La tentación del fracaso"

"Yo seguiré siendo
cautivo de tu corazón"
en la distancia de los días
y las palabras
en el sonido de
tu suavidad contra mi nombre
en el espacio entre
la luz y tus sentidos

ahí

estaré ahí
en la boca del azar
en el brillo impredecible
de la casualidad
entre tu mano y la mía
ahí.


jueves, 2 de diciembre de 2004

Publicar un libro no es cosa sencilla, menos aun si es de poesía y uno es el encargado de imprimirlo y editarlo. Compaginar, engrapar, doblar y empacar mil ejemplares en una semana es extenuante.

Mañana será la proesentación de "¿estrés o es traza?", cuaderno producido casi enteramente durante mi cárcel en la facultad de Derecho. De algo debía servir mi paso por la madriguera de las ratas.

Sólo falta comprar el vino de honor, esta ocasión mezcal de honor, para que sea un presentación digna de mencionarse.

Por el momento no estoy escribiendo. Algún virus literario habita mi software poético. "Qué circular motivo me obliga a sentirme galleta a la intemperie"